viernes, 5 de julio de 2013

OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUAL

                     

                                   
 OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUAL
 Nros. 2, 3, y 4 

           Continuación:
          Nro.  2.-   Dar buen consejo al que lo necesita.-  
No es bueno dar consejos cuando la persona esté malhumorada, es mejor esperar a que se calme. Otro caso es el de la juventud, pues a muy pocos les gusta hablar con las personas de la tercera edad, que son los más indicados ya que por su gran experiencia en la vida tienen muchos argumentos para dar buenos consejos. Joven, nunca los rechaces, acércate a ellos y podrás aprender tantas cosas que te podrán servir de mucha ayuda en toda tu vida. En Japón veneran a los ancianos porque los consideran fuentes de mucha sabiduría.
          Nro. 3.-  Corregir al que se equivoca.-
Hazlo con mucha sutileza, preguntándole primero si te permite hacerle una observación, ya que a algunas personas no les gusta que les hagan observaciones, generalmente la aceptan, y entonces podrás proceder a decirle que lo sucedido (nunca digas la palabra error, equivocación o algo similar) se podría hacer de otra forma, quizá sea más fácil, y le indicas como es tu idea de hacerlo. 
          Nro. 4.- Perdonar las ofensas.-
Para muchas personas el perdonar no les es muy fácil, por eso traigo a colación la cita bíblica: Gálatas 6. 1.- Hermanos, en el caso de que alguien caiga en alguna falta, ustedes, que son espirituales, enderécenlo con espíritu de bondad. Cuídate: tu también puedes ser tentado.
En verdad, todos podemos fallar y también nos gustaría que nos perdonaran y se olvidara lo sucedido. Nunca digas; Yo perdono pero no olvido.  Si el recuerdo de lo sucedido siempre te molesta es porque aún no has perdonado debidamente y seguirás guardando sentimientos adversos hacia la otra persona y eso no es perdonar. Inténtalo hacerlo con amor y verás que te irá mejor. 
Con guardar rencor, odio o resentimiento no ganas nada, posiblemente te llegues a enfermar por no haber sabido superar esa situación y quizá la otra persona estará viviendo de lo más feliz, porque ni siquiera recuerda o no le importa el incidente sucedido. Ten presente también que Jesús, Nuestro Señor, cuando Pedro le preguntó: ¿cuántas veces debo perdonar las ofensas de mi
 hermano? ¿Hasta siete veces? Él le contestó: <<No digas siete veces, sino hasta setenta y siete veces.  Mateo 18, 21 - 22. O sea que Jesús con esa respuesta, quizá, lo que le quiso decir es que no hay límite para perdonar, pues nadie va a llegar a esa cantidad de veces. 
Si no quieres enfermarte no peques, entre otras cosas aprende a perdonar, eso te ayudará a mantener limpio tu espíritu, tu mente. tu corazón y todo tu ser.   Continuara. Obras Espirituales Nros. 5, 6 y 7.
                   
               Su servidor,
               Gilberto Enrique M.
               Gotitas del Saber.-








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